Voy a contracorriente y en vez de traer un plato con calabazas, dedos cortados, calaveras o cosas llenas de sangre, vengo con uno de lo más veraniego y nada mortuorio, y aunque tengo varias recetas con calabaza por ver la luz en este blog, será a lo largo de estas semanas, antes de que comience la operación navidad y nos volquemos de lleno en el dulcerío (aunque algunas también llevarán calabaza). Acabo de volver de pasar el puente en Guadalajara y Cuenca y ha hecho de verano, vuelvo a Santander y aunque veo que ha refrescado sigue haciendo bastante bueno así que no me dejan de apetecer cosas frescas.. :). Este plato es muy rápido de hacer, puede solucionar más de una cena y además está muy bueno y es vistoso, no podemos pedir más :).
Ingredientes (no pongo cantidades porque es al gusto, y un poco a ojo):
-Tomates, que estén maduros y que sean buenos, que no sepan a plástico (jaja, sé que es mucho pedir pero cuanto mejor sea el tomate pues más rico estará :))
-aguacate
-cebolla morada
-zumo de limón recién exprimido
-sal
-aceite de oliva virgen extra, uso Encinas de Montequinto, no me puede faltar en la cocina o me muero
Lo primero vaciamos los tomates con un descorazonador, y luego rascamos un poco con un cuchillo por si necesitamos sacar un poco más, pues a veces el agujero queda un poco escaso. RESERVAMOS la pulpa que hemos sacado para el relleno y la salsa. Salamos por dentro y por fuera y dejamos sobre un plato, soltará agua un rato y también la RESERVAMOS.
Preparamos el guacamole machacando con un tenedor el aguacate, añadimos parte de la pulpa de tomate que habíamos sacado con el descorazonador, añadimos la cebolla muy picada, un poco de sal, un chorro de zumo de limón, y un chorrito de virgen extra, mezclamos bien y rellenamos los tomates con esta mezcla, podéis usar una manga pastelera para que sea mucho más fácil. Con el resto de tomate guardado, pepitas y líquido que ha soltado, batimos con un poco de sal y aceite y esa será la salsa. Y ya está, más fácil no puede ser, y más rico tampoco, probadlo! :)
NOTA: podéis quitar la piel de los tomates si queréis, haciéndoles un corte en forma de cruz en la parte de arriba, con un cuchillo, y escaldándolos un minuto o menos pero a mi me gusta dejarla porque parte de las vitaminas están en la piel y además quedan más bonitos.