El año pasado hice unos polvorones de aceite de oliva que no me convencieron nada, quedaron raros, como grasientos y parecían más bien unas galletas, así que no volví a animarme, pues pensé que sería la típica receta que si no la haces con la traidicional manteca de cerdo, te sale siempre mal. Y no, sólo hay que encontrar la receta que no falla y esta es una de ellas :). Es de la página gastronomía y Cia que me encanta, y saben a puro polvorón, he usado un aceite fuertecillo de sabor y nada, no se nota esa fuerza, saben deliciosos, quedan muy finos. No pienso comprar más polvorones :) y además de estar buenísimos y con la textura como si fueran de tienda, son mucho más sanos.
ingredientes para 9 polvorones:
-100 gr de harina
-30 gr de almendra granillo
-35 gr de almendra molida
-1/2 cucharadita de canela
-5 gramos de sésamo (también llamado ajonjolí) (yo lo compro ya tostado, pero si no, lo tenéis que tostar)
-50 gr de azúcar glas
-50 gr de aceite de oliva virgen extra (adivináis cuál he usado? síiii, Encinas de Montequinto)
NOTA: no tengáis miedo con el aceite, si es de los que tiene un sabor fuerte, os van a quedar bien igualmente porque apenas se nota, yo no he notado nada y he utilizado uno con bastante sabor, si me dicen que son los de manteca de toda la vida me lo creo, así que tranquilos.
Lo primero cogemos una bandeja de horno y la ponemos un papel vegetal encima, echamos la harina extendida y la horneamos a 140º (horno precalentado 10 min a esta misma temperatura) unos 25-30 minutos, no tiene que llegar a ponerse dorada..
Hacemos lo mismo con la almendra molida y la almendra granillo, podéis ponerlas en unas esquinas de la bandeja de la harina para hacerlo a la vez, aunque echad un ojo porque no todo se tuesta a la misma velocidad. En cualquier caso también se pùede tostar , las dos almendras digo, en una sartén, con que quede ligeramente doradas es suficiente (la almendra molida sólo se tostará por arriba, es normal, con eso vale).
Dejamos enfriar todo y mezclamos con el resto de ingredientes (con el sésamo también) y formamos una pasta, no la amasamos mucho para que no salgan los aceites, sólo lo justo y necesario hasta unificar.
Estiramos un poco con el rodillo y cortamos al gusto, a mi me gustan que queden un poco altos y por eso me han salido 9, pero si los hacéis más bajos pueden saliros hasta 13.
Ahora en la receta recomiendan dejarlos reposar en un sitio frescos unas horas, pero yo no tengo paciencia así que los he hecho directamente y han salido tan ricos que así voy a hacer el resto de veces :).
Precalentamos el horno 10 min a 190º (si vuestro horno no es muy potente, ponerlo a 200º). Los hornearemos a 180º 12-15minutos hasta que estén algo tostados por arriba. Una vez fuera del horno los dejamos en la propia bandeja unos minutos y ya los pasamos a rejilla a enfriar. Los movemos con delicadeza porque son más delicados que una galleta dura. Espolvoreamos con azúcar glas cuando se hayan enfriado un poco y a mi me gusta echar un poco más de sésamo por arriba.
Se conservan en una lata, y podéis envolverlos en papel de polvorón que tenéis en cualquier tienda de repostería.